miércoles, 3 de enero de 2007

La complicada regionalización

La descentralización será uno de los principales retos que tendrá el Gobierno en 2007. Si bien ha dado señales concretas de avanzar en ese sentido, como iniciar la gradual transferencia a las regiones de 187 funciones antes de que acabe este año, para evitar morir en el intento tendrá que ver mucho la ‘muñeca política’ del Gobierno Central, más todavía si tomamos en cuenta las primeras señales que vienen dando las nuevas autoridades regionales y locales, que el 2 de enero asumieron funciones.

A estas alturas resulta evidente que si el Ejecutivo no hila fino, el panorama se puede ensombrecer. Mientras el Gobierno se esmera en dar señales inequívocas de respeto a la estabilidad jurídica – a veces petardeada desde el mismo Apra, pretendiendo la estabilidad laboral absoluta o el retorno a la Carta del 79 –, los primeros mensajes que llegan de las regiones hablan de revisar o anular contratos con empresas privadas en sus jurisdicciones.

Esta también el hecho de que varios presidentes regionales son independientes y tienen agenda propia y, a la vez, distintas entre sí, y cuentan con el suficiente peso político y respaldo de su gente para cumplir sus promesas de campaña, poniendo, de ser necesario, al Ejecutivo contra la pared. Uno de ellos es Juan Manuel Guillén, aquel del ‘Arequipazo’, quien ya anunció que una de sus primeras medidas será la renegociación de los contratos con las mineras. Pongan atención, además, a estos nombres: Hugo Gonzáles (Cusco) y César Álvarez (Áncash).

Pero sin duda, el más surrealista promete ser el radical Hernán Fuentes Guzmán, quien durante su juramentación como presidente regional de Puno, que se realizó en la Plaza de Armas de la ciudad, mostró su vena sadomasoquista y ser amante de la dominación, pues usó a mujeres con látigos en la mano como cuerpo de su seguridad personal. En la ceremonia se observaron banderolas del “Che” Guevara y de Patria Roja.

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