viernes, 12 de enero de 2007

La Buena Muerte

¡Agarren al loco!, que se viene con todo. (Foto: Paul Vallejos)


La Buena Muerte. Parece el nombre de un hueco donde se come bien y se termina mal, como tantos ‘huariques’ de tránsito obligatorio en Lima y balnearios. Pero no. Se trata del cuento chino de un japonés que, como tenía – tiene – un ‘desvío fonético fonológico’, no pudo contarlo bien. Ahora le tomó la posta nuestro dicharachero presidente García, acaso como una muestra más de la sociedad secreta que hay entre el Apra y el fujimorismo.

La tesis del cuento chino dice que para un gobierno – como el del Chino – hay muertes buenas y muertes malas; violencia buena y violencia mala; que si se viola los derechos humanos de terroristas u otros criminales execrables está muy bien y hay que aplaudir, y que para garantizar la seguridad de sus ciudadanos un Presidente debe decidir a quién se mata y a quién no. Y a exponer y defender esta teoría García le ofrece su esfuerzo y dedicación.

Por ello García insiste en pedir pena de muerte para terroristas, pese a que el debate sobre la viabilidad de esa propuesta ya se agotó, el Congreso archivó un proyecto presidencial en ese sentido, y se concluyó que medidas así son violatorias de los tratados internacionales sobre derechos humanos de los que somos parte. Por ello también cuestiona el fallo de la Corte de San José, porque dice que no se puede castigar al Perú por haber asesinado asesinos.

Preocupa el rumbo que está tomando el gobierno aprista en materia de derechos humanos, un tema muy sensible en la comunidad internacional y que tiene incidencia directa en el desarrollo de los países que, como el Perú, reciben y necesitan cooperación extranjera en muchas áreas. Hace unos días la Unión Europea (bloque con el que se busca un TLC) expresó, vía un comunicado, su preocupación por propuestas como la pena de muerte en el país.

Ahora los voceros presidenciales dirán, en el tema de la pena capital para terroristas, que García trató de cumplir con su promesa, pero que los ‘insensatos’ congresistas le dieron la espalda al pueblo al mandar a las calendas griegas el proyecto del Ejecutivo. Curiosa interpretación de lo ocurrido, donde los promotores de la muerte son los buenos y el resto, los malos. Hasta ahora todo no ha pasado de amagues que buscan el aplauso de las tribunas, algo a lo que es tan proclive nuestro presidente, pero acordémonos que no son precisamente sus principales virtudes la estabilidad emocional y la ecuanimidad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Alan y Fujimori son caimanes del mismo pozo, no quedan dudas.

Anónimo dijo...

La pena de muerte no es solución para nada. García solo quiere distraer haciéndole el jueguito a Fujimori.