miércoles, 28 de febrero de 2007

Mantilla también quiere pegar la vuelta

(Foto: Sulsba Yépez)

El regreso de Alva Castro a lo más alto del poder nos ha recordado a otro compañero del ayer, que aunque denostado en público y expulsado del partido, sigue siendo – en secreto y en silencio – un hombre reconocido y con influencias en el Apra. Agustín Mantilla reapareció para declarar por el caso El Frontón y llegó al despacho de la jueza María León como si aún fuera el hombre poderoso de hace dos décadas: en una camioneta con lunas polarizadas y con 15 personas que lo resguardaban (algunos dijeron ser miembros de Seguridad del Estado) repartidos en varias unidades policiales. Un despliegue inusual y exagerado para alguien caído en desgracia, un ex convicto cuyo nombre es lisura en los predios de Alfonso Ugarte.

Luego de limpiar a Alan García de esta matanza (dijo que solo se enteró del operativo en El Frontón, donde murieron más de 130 presos por terrorismo, una vez de que acabó), se encargó de mandarle un mensaje al presidente y a su viejo amigo Lucho Alva Castro a través de la prensa, ya que no le contestan el teléfono : "A mí no se me ha pedido absolutamente nada, pero estoy dispuesto a trabajar por el país en cualquier momento (…) Tengo alguna experiencia en el sector Interior y estoy a disposición, pero esa es una decisión que tienen que tomar el ministro y el Gobierno", dijo.

Parece que Mantilla quiere cobrar la factura que pagó él solo mientras estuvo en prisión por sus vínculos con Montesinos. Aunque por el despliegue de seguridad con el que anda y una que otra gollería más que no conocemos, pero que probablemente existe, parece que le están pagando por cómodas cuotas. Ya lo dijo antes y lo repitió esta vez: el silencio que mantuvo todos sus años de encierro (y que seguro mantendrá ahora) fue un sacrificio por el partido del que fue expulsado pero del que se sigue sintiendo parte y al cual espera regresar por todo lo alto. Parece difícil esto último, porque haber sido protagonista de un ‘vladivideo’ es tan o más lapidario que haber colaborado en la catástrofe del primer gobierno aprista. Y Mantilla tiene en su hoja de vida ambos ‘galardones’. Tendrá que conformarse con el reconocimiento silencioso y los premios secretos.

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