domingo, 31 de diciembre de 2006

Ejecutaron a Saddam Hussein y ¿ahora qué?

video sin censura de ejecución

Desde el punto de vista noticioso es el acontecimiento más importante de 2006: la aldea global, por primera vez, presenció cómo ‘pagaba’ sus crímenes un genocida de la estofa de Hussein, que gobernó Irak con mano dura desde 1979 hasta el 2003, cuando sus ex socios estadounidenses, tan acostumbrados a poner y sacar dictadores, decidieron que su régimen debía terminar.

Pero seguramente la justicia iraquí, con la evidente influencia y torpeza con que suele actuar Estados Unidos, no advirtió que tomar una decisión de este tipo solo agravaría la crisis en la región. ‘Pero si Irak ya se desangra’, pensaron seguramente. ‘La condena a muerte de Saddam ya no puede traer más violencia de la que hay’, arguyen desde sus bunkers donde no llega el olor a muerte. Pero se equivocan.

Y lo hacen por dos razones: la primera, porque inexplicablemente los dictadores siempre generan adhesiones y pasiones que superan ampliamente el sentido común (lo vimos con Pinochet, hace poco), y sus seguidores estarán dispuestos a pagar con sangre la vida de su líder; la segunda, más racional, es porque Hussein será visto como un héroe, incluso, por mucha gente que hasta hace poco lo detestaba, debido al odio creciente que despierta Estados Unidos en todo el mundo musulmán.

Los primeros hechos de violencia en Irak luego de que Hussein fuera colgado, y las imágenes de su ejecución fueran difundidas por Internet (haga click aquí para ver el video), dejaron un saldo de 74 muertos. Y solo es el comienzo. Saddam ya fue enterrado en su natal pueblo de Awja, cerca de Tikrit. Sus seguidores ya lanzaron el grito de guerra: han hecho un llamado para vengar su muerte.

Pero George W. Bush, quien dormía mientras el dictador iraquí moría en la horca, parece no ver más allá de sus narices y de sus propios intereses, como bien lo apunta el periodista Ramiro Escobar en Perú.21.

“Sacar de escena al 'Carnicero de Bagdad' antes que los demócratas asuman el poder parlamentario implica, por parte de Bush, evitarse un futuro entrampamiento. Un bloqueo que le hubiera impedido dar otros pasos dramáticos. Uno de ellos podría ser un futuro retiro militar en el entendido de que, fuera de juego Saddam, las aguas se encresparán, pero luego vendrá cierta calma. El problema es que la minoría sunnita iraquí y el partido Baas -ex grupo gobernante- tienen todavía un poder letal. La sombra del tirano seguirá planeando”, dijo.

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