jueves, 14 de junio de 2007

Le llegó la hora a Fujimori

Luego del pronunciamiento a favor de la extradición de Alberto Fujimori de la fiscal suprema de Chile, Mónica Maldonado – para quien las pruebas contra el prófugo son “contundentes” – , el camino de regreso al Perú del extraditable, a seis años y medio de su fuga del país en busca de impunidad, parece estar más cerca que nunca. Esto pese a que los fujimoristas minimicen el hecho y aseguren que una opinión fiscal no es vinculante, pero ellos están concientes de que es muy posible que la Corte Suprema chilena emita su fallo en el mismo sentido, y lo ratifique en segunda instancia. A fines de este año habría definiciones. Así que deberíamos empezar los preparativos para recibir un 2008 más movido que las costas indonesas.

De modo que la suerte del extraditable ya parece echada y su regreso al Perú inminente, aunque, claro, con el Chino nunca se sabe; ya ha demostrado sus habilidades de Houdini, el famoso escapista de origen judío. No sé sabe si vendrá esposado y en traje a rayas, eso es finalmente morbo. Lo importante es que venga, se le juzgue y condene por los crímenes que cometió, lo que será bastante complicado, porque el japonés no está solo en el Perú: tiene una bancada de parlamentarios que peleará por su impunidad; cuenta con nexos importantes en el Poder Judicial dispuestos a ayudarlo; y goza, inexplicablemente, de un considerable apoyo popular, como todos los dictadores, si no acuérdense de lo que pasó en Chile tras la muerte de Pinochet. Todo esto – agárrate Catalina – asegura un revuelo de proporciones en el país.

Por todo ello creo que el asunto es complicadísimo. Y si a esto le sumamos el silencio oprobioso de Alan García y el resto de autoridades del Ejecutivo, el panorama se ensombrece aun más. Parece que García se olvida que es el jefe del Estado, que representa a todos los peruanos que fuimos víctimas de Fujimori, Montesinos y el resto de sus secuaces. Por lo tanto, creo que no cabe aquello de que no habla porque no quiere politizar el tema. El juicio a Fujimori es político, el Estado es el agraviado y parte demandante del proceso. No sé si calla porque realmente cree que es lo mejor para el juicio de extradición o porque, efectivamente, hay una componenda que busca darle impunidad a Fujimori como se dice cada vez con más frecuencia. El tiempo lo dirá.

Esta es quizás la misma duda que tienen los medios de comunicación. Por ello pienso que es una buena decisión no hacer escarnio de Fujimori, no caer en el sansacionalismo de mostrarlo en portadas esposado y en traje a rayas (ganas no faltan), para no polarizar el país. Esto no significa que, a través de los editoriales y columnas de opinión, los medios recuerden y condenen los crímenes que cometió Fujimori, por lo cuales debe ser sancionado con severidad. Creo, además, que si el prófugo regresa y va preso, se va a convertir en una especie de héroe no solo para los fujimoristas sino también para tantos otros que tienen un buen recuerdo de él. Y cuando salga – juácate –, nada ni nadie va a impedir que vuelva a ser presidente. Otra sería la historia si recibe la condena que merece por violaciones a los derechos humanos, que es de 35 años de cárcel y sin beneficios. Pero nada garantiza que eso vaya a pasar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es cierto lo que dices Alejandro, que nada ni nadie evitará que Fujimori, luego de una temporada corta en prisión, vuelva a ser presidente. ¡Qué Dios no coja confesados!!